El Sol estaba alto en el cielo y por la carretera circulaban
todo tipo de coches y taxis. Soplaba un poco de viento que movía las hojas de
los árboles. Dos figuras observaban el instituto de Nueva York desde la acera. La
brisa movió el pelo castaño de la chica tapándola el rostro por un momento. El
hombre que la acompañaba se lo recogió por detrás de la oreja con un silencioso
movimiento y pudo ver como la temblaban las manos.
-Estás nerviosa.- No era una pregunta, sino una afirmación,,
la concía demasiado cómo para no darse cuenta de ello.
- ¿ Tú no?- Al ver que el chico seguía con la misma expresión, sin una sola
duda, añadió- ¿ Qué pasa si Magnus nos ha mentido?-
Él sonrió para darla ánimos
- Sabes que Magnus no te mentiría respecto a eso.-
Ella asintió y le apretó la mano con fuerza, inspiró aire y
tocó la pulsera que llevaba en la muñeca y después el colgante de jade que
llevaba al cuello para insuflarse ánimos.
- Adelante, pues.-
Y así cogidos de la mano, atravesaron la verja que los
separaba del destino.
Jace y Clary estaban en la sala de entrenamiento cuando sonó
el timbre. Clary levantó la cabeza cuando lo oyó, justo después de perder la
concentración y caer desde la cuerda que pendía del techo. Había aterrizado en
una colchoneta que habían colocado debajo precisamente por si eso llegaba a
pasar. Vio la mano que Jace la tendía y se agarró con fuerza mientras él tiraba
de ella hacia arriba.
- Deberíamos ir o…- dejó la frase en el aire, dudando.
- Sebastian no va a entrar llamando al timbre, Clary.- Hizo
una pausa en la que volvió a sonar el timbre.- Deberíamos ir, Isabelle está con
Simon, a saber dónde esta Alec y Maryse sigue en Idris.-
Asintió mientras se restregaba le manga de la chaqueta
contra la frente y observaba a Jace, que a pesar de todo el ejercicio que habían
estado haciendo no tenía ni una sola gota de sudor.
Mientras bajaban en el ascensor ella preguntó:
-¿ Cómo es que no sudas?-
Él rió bajito para después añadir:
- Soy demasiado perfecto para sudar-
Clary puso los ojos en blanco y sonrió mientras salía por
las puertas del ascensor, que acababan de abrirse.
Recorrieron los pasillos hasta llegar a la entrada donde
encontraron a Iglesia arañando la puerta y maullando para que abrieran.
- Gato loco.- Dijo él mientras observaba el extraño
comportamiento del animal.- Nunca había mostrado ningún interés en salir fuera.
Clary cogió el picaporte y tiró de él hasta abrir la puerta.
En el umbral había dos jóvenes que no pasarían de veintidós años.
Pudo notar como la mujer le apretaba con fuerza la mano a su acompañante. Los
ojos del hombre hicieron que a Clary le dieran ganas de coger su cuaderno de
dibujos y sus lápices de colores. Eran de un marrón oscuro, casi negro, pero
por todo el iris tenía motitas plateadas, como un cielo de noche. Él sonrió con
nostalgia y un poco de tristeza a Jace. También pudo notar como le miraba la
mujer cómo si fuese una de las cosas más
bellas y peligrosas que hubiese visto en su vida. El chico les miró a
los dos, a Jace y a Clary y una chispa de reconocimiento pasó por su rostro
cuando se fijo en ella, la sonrió.
- Buenos días.- comenzó. La chica le apretó la mano con más
fuerza.- Yo soy James Carstairs y esta es Tessa Gray, tenemos una historia
que contaros.-
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