JACK
cuando llego al albergue ya es noche cerrada. Llamo a la puerta y un minuto después abre una chica , cuyo rostro no puedo ver por que está bañado en la penumbra, que me dice malhumorada:
-¿Qué quieres?- al principio no soy capaz de
reaccionar, porque de pronto noto que algo en mí que siempre era igual ha
cambiado. La chica se impacienta y me dice:
-¿Quieres que te saque un poco de heno para dormir
aquí fuera o prefieres una habitación?-yo por fin reacciono y contesto,
estúpidamente:
-Eh, prefiero una habitación, gracias.-la chica
suspira como pensando ¿por qué a mí me tienen que tocar todos los tontos? y me
abre la puerta diciendo:
-Dime tu nombre completo y te registraré.-yo dudo,
pues mi lema es, y siempre será, viaja ligero y nunca digas tu nombre, así que
le digo a la chica:
-Prefiero no decir mi nombre.-la chica me mira y
dice:
-Desconfiado ¿eh? Debes de ser uno de los refugiados
de Ciudad Esperanza.-una sombra de asco pasa por su cara, pero es tan fugaz que
creo que lo he imaginado.
-Oh, no-le digo-es sólo que es difícil abandonar las
viejas costumbres.-la chica frunce el ceño con desconfianza, pero me tiende una
tarjeta con el número de mi habitación garabateado torpemente en ella. La cojo
y llego rápidamente a mi habitación, ya que el albergue, a pesar de ser muy
acogedor y de oler bien, es bastante pequeño. Mi habitación es pequeña y está
compuesta por una cama y dos mesillas con velas apagadas en cada una. Me encojo
de hombros. De todas formas, me da igual, me marcharé al amanecer. Dejo mis
escasas pertenencias en un rincón y me tumbo en la cama. Esa noche, vuelvo a
soñar con Saba, como todas las noches desde que la conocí.
Me despiertan unos débiles golpecitos en la puerta a
los que contesto:
-Pase.-una cara que conozco muy bien asoma por la
puerta. Pero no, me digo, Saba tiene el pelo negro, así que solo puede
ser…-¿Emmi?-la niña frunce el ceño y dice:
-No recuerdo haberte dicho mi nombre… ¿nos
conocemos?
-¿E-Eres Emmi de verdad?-la niña asiente lentamente,
como si estuviese hablando con alguien sumamente tonto.-Dios, como te pareces a
tu hermana. -Emmi se sobresalta y me mira con desconfianza:
-¿Quién eres?-dice retrocediendo lentamente hacia la
puerta.
-Emmi, ¿no me recuerdas? Soy Jack.-por la cara de
Emmi pasa una breve sombra de desconcierto, que es rápidamente sustituida por
una sonrisa:
-¡Jack!-grita, y me abraza.
SABA
Me despierto por un ruido de pasos y un grito de
Emmi que no llego a comprender lo que dice. Viene justo de encima de mí.
Comprendo al instante: la habitación del chico de la noche anterior que no
quiso decir su nombre. Subo intentando no hacer ruido, pero, al entrar en la
habitación del chico, me encuentro, a mi hermana y a él, abrazados. Frunzo el
ceño y digo, en voz alta:
-¿Se puede saber a qué viene tanto escándalo?-Emmi
advierte mi presencia y me dice, con los ojos brillantes:
-Saba, es Jack.
Le presto más atención al desconocido de ayer. Sí que es Jack. Mi Jack.
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