miércoles, 31 de julio de 2013

Locura



El gigante sobre humano en el que se ha convertido Edfú no tiene problemas en acabar con todos los atracadores, aunque no hace falta, en cuanto lo ven salen corriendo, despavoridos. Noto la sangre palpitando con fuerza en cada centímetro de mi cuerpo y lo único que puedo pensar es:
No. No, por favor, él no. Es lo único que tengo, por favor él no.
Pero resulta demasiado obvio que la suerte no está precisamente de mi parte. Sigue delante de mí, imponente y aterrador.
Por mi mente solo corren pensamientos sobre él.
Horus.
El dios de la guerra.
El mismo que le rebanó la cabeza a su madre por una simple rabieta.
Y ahora ,me doy cuenta de que tengo miedo.
Cuando las figuras de los asaltantes son ya un simple borrón negro quién yo conocía como Edfú por fin se gira y me ve mirándole, con los ojos muy abiertos y húmedos. Se ha levantado un fuerte viento que me remueve el pelo y me lanza arena. Pero esa, ahora mismo, no es mi mayor preocupación.
La reacción de Edfú al verme tirada en la arena con los ojos como platos no es la que yo me esperaba. No parece enfadado, parece… Triste.
Si, triste es la palabra.
Y eso me enfurece. Él no tiene derecho a estar triste, me mira como si su mascota se acabase de escapar. Ya no siento miedo alguno. Ahora solo quiero salir huyendo de aquí y , de alguna manera, acabar yo sola mi viaje, me basta con que se aleje de mí lo más lejos que pueda.
Me levanto a trompicones y me alejo de él. Me ve, e intenta avanzar hacia mí y cogerme la mano pero yo sigo avanzando hacia atrás. HA vuelto a su aspecto humano, aunque preferiría que no lo hubiese hecho por que me resulta mucho más doloroso mi me mira de esa manera.
No puedo pensar con claridad y mucho menos formar una frase completa, solo alcanzo a decir:
-Tú…-
Intenta cogerme la mano otra vez, pero yo le aparto.
-Grace…-
Hecho a correr lo más rápido que puedo, con lágrimas en los ojos y gritando:
-¡ALEJATE DE MÍ, MONSTRUO!-
Corro todo lo deprisa que puedo para alejarme, y él ya no intenta alcanzarme.
Todo lo que tengo claro ahora es que los dioses existen  y ellos me han hecho esto, ellos me han quitado la memoria.
Y ellos me la van a devolver.



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Hace dos días que descubrí que el chico en el que confiaba era un dios. Hace dos días que tampoco como nada y bebo solo un tercio de litro al día de una cantimplora que llevaba colgada cuando me fui. Hace aproximadamente un día y medio que un estúpido pájaro no para dar vueltas encima de mí, como si estuviese esperando a que me muriese para poder comerse mis restos. Hace una hora que he decidido que si desciende un poco más lo mataré y me lo comeré
Me siento increíblemente sola.
Estoy en medio de la nada con la única compañía de un pájaro carroñero y una cantimplora a la que he decidido llamar Gladis..
También me siento como una loca.
Supongo que es lo que estoy empezando a ser, contando con que acabo de descubrir que los dioses existen y me tienen una manía especialmente mala.
Una enorme punzada de dolor me sacude entera, me pasa desde hace aproximadamente 12 horas. Dudo que tenga algo roto o que me duela realmente,  simplemente tengo hambre. Tengo un nudo en la garganta que me impide tragar con facilidad, aunque tampoco es que lo necesite, no consumo el líquido suficiente para poder producir saliva, con lo que tengo la boca igual de seca que el desierto que me rodea. Miro hacia arriba, el pájaro sigue ahí y me estoy poniendo completamente de los nervios.
Cuando no me quedan fuerzas caigo de rodillas al suelo y me desmayo a tiempo de ver una carabana de caballos con sus respectivos jinetes viniendo hacia mí.
Ya está- Pienso.- Me he vuelto completamente loca.

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